Unos de los handicap con los que se enfrenta el hombre desde que existe es cómo conservar el alimento.
Envasar al vacío garantiza el mantenimiento de las propiedades nutritivas del producto en condiciones óptimas.
Hoy en día, en cualquier momento del año encontramos cualquier producto en el mercado por lo que hay pocos alimentos que merezca la pena envasar.
El tomate de pera es uno de ellos. Se recoge justo en esta época, últimos días de Agosto y primeros de Septiembre y en ningún otro momento del año suele haber en el mercado .
Comprar una buena cantidad y envasarlos es muy fácil y dispondremos de tomate fresco con todo su sabor todo el año.
Os explico el proceso paso a paso:
Ponemos los tomates en un cubo. |
Calentamos agua hasta el momento de la ebullición. |
Echamos el agua caliente sobre los tomates (escaldarlos) y esperamos 5 ó 10 min. |
El agua caliente habrá ahuecado la piel que retiramos con un cuchillo. |
La piel saldrá como una lámina muy fina. |
Esta foto es de la piel que se ha retirado de los tomates. |
Una vez pelado el tomate se puede dejar entero o trocearlo. En este caso hemos hecho 4 trozos de cada uno de ellos. |
Mientras esperábamos, hemos aprovechado para preparar los frascos de cristal (reciclados de otras conservas) cuidando de que ninguna tapa esté oxidada. |
Rellenamos los frascos con trozos de tomate procurando que quede el menos aire posible. |
Una vez llenos se aprietan bien las tapas de cada uno de ellos. |
En la cacerola más grande que tengas, los pones al baño maría. O sea, agua y los frascos. |
No importa si alguno queda cubierto o no. Una vez que empieza a hervir el agua, se debe mantener 15 minutos hirviendo para que se haga el vacío en los frascos. |
Sólo queda dejarlos enfriar y al almacén. Obsérvalos durante unos días por si alguno de ellos no quedó bien tapado. |
Este proceso de envasado puedes usarlo para cualquier producto. En la foto pera natural. |
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